¡HOPENHAGEN! LA CIUDAD DE LA DESESPERANZA

¡HOPENHAGEN! LA CIUDAD DE LA DESESPERANZA

Sé que la pasión debe sucumbir ante la disciplina, lo creo fervientemente.  Sin embargo, puede existir un pequeño espacio en el transcurso de nuestro camino hacia obtener nuestro objetivo trazado, nuestra gran meta, un breve respiro a fin de deleitarnos con “algunas de esas cosas” que también nos despiertan un poco de interés y escribir algunas anécdotas a manera de poema es para mi “algunas de esas cosas”.

Entiendo perfectamente que el propósito fundamental de este sitio web es compartir los pormenores sobre el proceso de aprendizaje que voy obteniendo en mi viaje hacia la Ciencia de Datos, sin embargo, me he tomado un pequeño espacio para compartir un breve escrito que he guardado desde el año de 2009 ¡Que año! definitivamente un año difícil de olvidar.

Me encontraba en Copenhague (en ese momento re-bautizada con el nombre de “Hopenhagen”), participando de la COP15 o Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático que se llevaba a cabo en esa hermosa ciudad: toda una experiencia para mi.  Ya hacía algunos años que venía dando seguimiento a las negociaciones del clima, trabajando en incidencia política desde la organización para la que en ese entonces pertenecía. 

Tengo una imagen de mi, en ese momento, en la que me veo siendo muy apasionado por los temas ambientales y el Cambio Climático estaba en su gran momento para el 2009. Veníamos de las negociaciones de Bali (Indonesia), un gran éxito.  La ruta de Bali significó un resultado sin parangón después de todos los procesos llevados a cabo para alcanzar un nuevo acuerdo después del desdichado protocolo de Kioto y la Ruta de Bali definiría el tan anhelado acuerdo climático que todos las organizaciones y movimientos ambientalistas estábamos esperando.

Lamentablemente la historia nos fotografío derrotados, después de unas intensas negociaciones y muchas convulsiones en la capital Danesa en la curva final de las negociaciones de ese diciembre, y para mi, en lo particular, la decepción más grande de mi carrera como ambientalista.  Acá comparto mis sentimientos impreso en este breve texto que a continuación les comparto.

HOPENHAGEN

Acudimos al llamado glorioso 

en víspera de tu bautizo, Hopenhagen!

Nos recibiste con el frío invernal 

que heredaste a tus hijos e hijas 

y te respondimos con cálidos abrazos de esperanza. 

Inundamos tus calles, avenidas y canales con júbilo. 

Gozamos de tus tertulias, fiestas y bailes nocturnos, 

embriagándonos con lo mejor de tu casa.

Nos despertaste en grises días, 

una y otra vez, con mayores ánimos, 

para guiarnos, sin percatarte, 

a las fatuas parafernalias de tus invitados de honor.

Y a esos, a los que abriste tus brazos cargada de ilusión, 

fueron los que sostuvieron con firmeza 

la daga que te hirió con vergüenza y desdén.

Los mismos que te arrojaron al llanto del tumulto 

perdido en la desesperación.

No olvidaré los pusilánimes rostros 

de aquellos que robaron la dicha de tu día victorioso, 

a los que nuestras tímidas voces jamás lograron alcanzar.

Te vieron hermosa, gentil 

y desde el lejano archipiélago, 

fraguaron la manera de atar a tu dorada cabellera, 

falsas diademas de victoria 

con engaño y traición, 

para hacerte andar con ilusión 

hacia el abismo inadvertido de la perdición.

Tus hijos sonrientes 

cedieron la dicha con la que nos propusimos colmarte 

y poco a poco nos obligaron a sepultarte 

con el olvido y el llanto de nuestra partida, Copenhagen.

Breve nota sobre mi aprendizaje

Aunque no fue la última Cumbre climática en la que participé, sin duda alguna fue la que definió, en gran medida, la manera en la que actualmente pienso sobre los procesos de negociación de los organismos multilaterales y sobre los foros de discusión para los “grandes acuerdos globales”, que al final no pasan de ser precisamente eso: meros foros de discusión.

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